domingo, 20 de marzo de 2011

El Leñador

"En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente." Desconocido

El Leñador

Un leñador fue a buscar trabajo en una finca de árboles madereros. La paga era buena, y las condiciones de trabajo excelentes, así que el leñador fue decidido a dar el cien por ciento para impresionar al patrono.

El primer día el capataz le entregó un hacha, asignándole una zona espesa de árboles. El hombre salió entusiasmado y cortó dieciocho árboles en un tiempo record. El capataz lo felicitó, invitándolo a continuar esforzándose. Muy contento, el leñador se fue bien temprano a la cama, decidido a que el día siguiente mejoraría su propio desempeño. Bien de madrugada, estaba ya trabajando arduamente en el bosque. Sin embargo, no consiguió cortar más que quince árboles.

“Que raro, debo haberme haber cansado”, pensó, y decidió acostarse apenas anocheció. Al amanecer, salió decidido a batir su marca de dieciocho árboles.

Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Y al otro día fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo luchando toda la tarde hasta lograr apenas tumbar un segundo árbol.

Muy mortificado, pensando en lo que su capataz le diría, el leñador le contó lo que le estaba pasando, y le prometió que él se esforzaba hasta el agotamiento.

Fue entonces cuando el capataz le preguntó: “Y tu hacha, ¿cuando la afilaste la última vez?”
“¿Afilarla? ¡Ni siquiera pensé en eso, no perdí tiempo en afilarla, estaba demasiado ocupado cortando árboles!”

¡Muchas veces nos ocupamos de lo que consideramos urgente, quitándole tiempo a lo realmente importante!

Hoy la pregunta que quiero hacerte es ¿Qué es aquello tan urgente que estás haciendo que te impide concentrarte en lo realmente importante? Si tu vida fuera como un hacha ¿Hace cuanto que no la afilas? ¿Tienes claro cuál es tu bosque? ¿Cuál es el deseo profundo de tu corazón? ¿Qué estás haciendo para lograrlo?

Cuando tenemos claro ese sueño que nos mueve, lo “afilamos” a diario, y llegamos a visualizarlo sin que exista, pues es una realidad en nuestro corazón.

Un sueño trae esperanza, con la esperanza viene la fe, y la fe es aquella sustancia que te genera paz en el corazón, tranquilidad en el alma y un deseo intenso de ponerte en acción, pues tienes la convicción y la certeza de logarlo.

Quiero invitarte a que desde hoy seas como un leñador persistente, que afila su hacha a diario, pues tienes un gran y único bosque dentro de ti listo para ser cortado.

domingo, 13 de marzo de 2011

Bobby el Tira Palos

"La mente del hombre es como el agua, si la aquietas volverá a aclararse" Proverbio Tibetano

Bobby el Tira Palos

Las personas tienen sólo dos alternativas cuando se trata de sus emociones: las controlan o estas les controlan.

Esto no significa que para ser un buen jugador de equipo tiene que ignorar sus sentimientos. Pero sí quiere decir que no va a permitir que sus sentimientos le impidan hacer lo que debe hacer o cosas que no debería hacer.

Un ejemplo clásico de lo que puede ocurrir cuando una persona no disciplina sus emociones puede verse en la vida de la leyenda del golf, Bobby Jones.

Como hoy día Tiger Woods, Jones fue un prodigio jugando golf. Empezó a jugar en 1907 a los cinco años de edad. Cuando tenía doce, marcó “bajo par”, algo que la mayoría de los golfistas no logran durante toda una vida jugando. A los catorce, calificó para el equipo amateur de los Estados Unidos.

Pero Jones no ganó esa competencia. Su problema se puede describir mejor con el sobrenombre que le pusieron:   Bobby  el “tira palos”.  A menudo, Jones perdía la compostura y con ella, su habilidad de jugar bien.

Un golfista más viejo a quien Jones llamaba abuelo Bart le dijo un día: “No podrás ganar mientras no controles tu temperamento”.

Jones escuchó el consejo y empezó a trabajar para controlar sus emociones.

A los veintiún años, Jones floreció y se convirtió en uno de los más grandes golfistas de la historia, retirándose a los veintiocho años después de haber ganado el Grand Slam del Golf.

Este comentario del abuelo Bart resume la situación: «Bobby tenía catorce cuando logró controlar el deporte del golf, pero tenía veintiún años cuando logró controlarse a sí mismo».

Tomado de: Maxwell, J. C.  Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo

jueves, 10 de marzo de 2011

Noticias

Buenos Dias,
Estamos realizando los ajustes necesarios para estar en contacto de forma mas frecuente
Esperenos!!!

domingo, 6 de marzo de 2011

LA LECCIÓN DEL FUEGO



"No intento bailar mejor que otro, solo intento bailar mejor que yo mismo" Mikhail Baryshnikov

Un hombre que regularmente asistía a un grupo dejo de participar en sus actividades sin previo aviso.
Después de algunas semanas, el líder del grupo decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
Encontró al hombre en su casa, solo, sentado frente a un hogar donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Anticipando la razón de su visita el hombre dio la bienvenida al líder, lo invito a sentarse junto al fuego y permaneció quieto, esperando.
El líder acepto la invitación y, sin decir palabra se sentó confortablemente.
En silencio contemplaba la danza de las llamas en torno de las brasas del leño que ardían.
Al cabo de algunos minutos, siempre en silencio, el líder selecciono una de las brasas ardientes. Se acomodo en su silla y permaneció callado.
El anfitrión  prestaba atención a cada uno de sus actos con fascinación y quietud.
Observo así como la llama de la brasa solitaria disminuía hasta apagarse de una vez.
En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de luz y calor ahora no pasaba de ser un carbón cubierto de cenizas.
Ninguna palabra fue dicha desde el protocolario saludo inicial entre los dos hombres.
El líder se incorporó aprestándose a salir. Tomo entonces el trozo de carbón colocándolo nuevamente en medio del ardiente fuego.
Casi de inmediato volvió a encenderse alimentado por la luz y el calor de las brasas ardientes en torno a él.
Ya en la puerta y antes de que el líder se retirara dijo el anfitrión:
- Gracias por tu visita y el hermoso mensaje; muy pronto estaré de regreso junto al grupo. Dios te bendiga.


 

Hoy te propongo que reflexionemos, a partir de esta lección, sobre dos preguntas:

Cuantas veces nos hemos asumido el rol de lides, sirviendo a los demás, aun por encima de nuestros intereses personales?

Cuantos momentos hemos esperado por un líder que nos arrime de nuevo al fuego? y cuando este llega le damos la mano con fuerza y sin duda y le decimos GRACIAS!!!

Tomado del libro: El Arte de Soplar las Brasas