domingo, 29 de mayo de 2011

Eres una estrella

Lo que Tu Sabes,
Lo que Tu Enseñas,
Lo que Tu Practicas,
Esto determina lo que Tu eres!.
Pedro Nel López

Eres una estrella

Erase una un escritor que vivía en una playa tranquila, junto a un poblado de pescadores.
Todas las mañanas, temprano, paseaba por la playa para inspirarse y en la tarde se quedaba en casa para escribir.

Un día, caminando por la orilla de la playa, vio una figura que parecía danzar. Al aproximarse, observo a un joven agarrando estrellas de mar en la arena y, una a una, las arrojaba de vuelta al océano.

- ¿Por qué estás haciendo esto? – pregunto el escritor un poco sorprendido.
- ¿No lo ves? – dijo el joven – La marea esta baja y el sol esta brillando, si las dejo en la arena, se secarán al sol y morirán.
- Jovencito, existen miles de kilómetros de playas en este mundo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo de ellas. ¿Qué diferencia hace lo que haces? Tú devuelves algunas al mar, pero la mayoría morirán de todas maneras.

El joven, un poco sorprendido, tomó una estrella más de la arena y la arrojó de vuelta al mar. Miro amorosamente al escritor y expreso:

- Pará esa, que acaba de regresar a su hogar, yo hice la diferencia.

Aquella tarde el escritor no logro escribir y en la noche tampoco pudo dormir.

Por la mañana fue a la playa, y junto al joven comenzaron a devolver estrellas de mar.


Posiblemente no puedas cambiar el mundo, pero si puedes cambiar tú mundo. Anímate a compartir tu testimonio con tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tu jefe, tu empleado, en fin, para alguien puedes ser la diferencia.

Puedes tener la seguridad que al hacerlo, el resultado te sorprenderá. Tal vez para unos sea tarde, para otros un intento fallido, pero seguro para alguien serás el salvador de estrellas de mar.

Una vez que compartes con otros, animas a que ellos también compartan el beneficio recibido, comenzaras una cadena interminable de bondad, esperanza y amor. Recuerda, para alguien serás la persona que transformo su mundo.

domingo, 22 de mayo de 2011

Cosechas lo que siembras

Un hombre tenía un inmenso jardín con las flores más bellas, fragantes y coloridas que había en la región. Año tras año participaba y ganaba el concurso que premiaba las flores de más alta calidad. Por su espíritu y dedicación, este hombre era el ejemplo para todos en la región.

Luego del último concurso, fue entrevistado por un periodista quien, curioso, quiso conocer el secreto del éxito del jardinero, quien contesto:

- La calidad de mi jardín se la debo a que en cada cosecha, reservo las mejores semillas y las comparto con mis vecinos para que también las siembren.
- ¿Cómo dice? – exclamo el periodista asombrado – ¡eso es una locura! ¿Para que compartir su mejor semilla con sus vecinos? ¿Acaso no teme usted que sus vecinos ganen el concurso, o se hagan más famosos que usted y le quiten el prestigio que ha ganado a lo largo de tantos años?
- Permítame explicarle –dijo el jardinero con palabras de amor – el viento lleva el polen de las flores de un jardín para otro. Si mis vecinos siembran una semilla de menor calidad, la polinización cruzada dañaría lentamente la calidad de mi jardín. Si mi propósito es cultivar las mejores y más bellas flores, debo ayudar a que mis vecinos también lo hagan, de esta forma todos nos beneficiamos y nuestros jardines subirán de calidad en cada temporada.

Pensativo, el periodista reflexiono en su intimidad, meditaba a cerca de la lección recibida, pues esta había penetrado hasta lo más profundo de su corazón. Se preguntaba incansablemente como podía contribuir a esparcir la semilla del amor que había sido sembrada en su corazón.

Cuando leí esta historia me di cuenta que todas las situaciones de nuestra vida se parecen a un jardín. Seguramente tenemos situaciones de vida que consideramos como flores de alta calidad, otras sean flores algo marchitas por el sol, tal vez algunas estén clavadas en el corazón tan profundamente que sea doloroso sacarlas.

Hoy quiero animarte a que hagas un inventario de tus mejores semillas y comiences a compartirlas con tus vecinos, poco a poco tu vida se ira transformando y cuando menos te lo imagines únicamente tendrás semillas de alta calidad a tu alrededor y el jardín de tus vecinos será tan colorido como el tuyo y el de tu familia.

Quieres prosperidad, siembra prosperidad entre tus vecinos. La prosperidad integral te permite mantener la sonrisa del alma. Quieres vivir de acuerdo los principios eternos, ayuda a que tus vecinos conozcan y practiquen estos principios. Quieres buscar la felicidad, ayuda a que otros encuentren su propio camino, pues el bienestar de cada uno esta unido al bienestar de todos porque somos uno solo cuerpo, pues más bienaventurado es dar que recibir.

Te invito a que comiences a compartir tus mejores semillas de valores, principios y cualidades. Al final la cosecha esta garantizada y consiste en la construcción de una mejor sociedad donde prime el amor por el prójimo. Ten presente siempre que cosechas lo que siembras.

Aporte: Una Vida Maravillosa
www.unavidamaravillosa.com

domingo, 1 de mayo de 2011

"El pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, El optimista ve la oportunidad en cada dificultad" Winston Churchill

Nunca digas Nunca



¿Alguna vez has enfrentado una situación donde dices: "No hay manera alguna de que eso sea posible"? Tal vez una o más de estas ideas hayan agobiado tu pensar como: No es posible que pueda resistir la presión del trabajo. No es posible que pueda pagar mis cuentas al final de mes. No es posible que pueda salvar mi matrimonio.
Tal vez alguna de estas ideas: No es posible que mis hijos crezcan y se conviertan en adultos responsables. No es posible que pueda abrir mi propio negocio. No es posible que pueda regresar a la universidad a estudiar. O quizás estas: No es posible que pueda perder el peso que necesito. No es posible que pueda tener hijos. No es posible tantas cosas… Déjame decirte que: Siempre, siempre hay una manera.

Puede ser que no sea fácil, que no sea conveniente, que no sea rápido, que requiera un esfuerzo adicional; pero si decides continuar y no rendirte, encontrarás una manera de lograrlo.
En vez de sólo pensar en las dificultades, enfócate en el hecho que siempre hay nuevas posibilidades por descubrir. Estoy seguro que comenzaran a generarse ideas que nunca se te ocurrirían. Aparecerán maneras de realizar cosas que nunca pensaste poder hacer y los caminos se abrirán. A menudo, nos damos por vencidos fácilmente y decimos: "Es muy duro" o "Esto se está tardando demasiado" o “Estoy cansado de intentarlo”.

Necesitas dejar de mirar las situaciones en tu vida y pensar: Realmente, no puedo lidiar con esto; es demasiado para mí. Ya he tratado muchas veces. Tengo que aceptar que no hay manera alguna de que eso pudiera suceder jamás.

En cambio, necesitas comenzar a decir: No me importa si parece haber una manera posible o no. Siempre hay un camino y encontraré la manera, se abrirá el camino que me llevara a obtener la promesa divina para mi vida.
Quiero que hoy y para siempre te prometas que “Nunca más dirás: No hay manera que sea posible". Aun cuando parezca no haber posibilidad, con Dios, siempre hay una manera posible. Toda la creatividad del mundo reside en Él, y tienes acceso. Pídelo con fe, sin dudar nada para que no seas como la ola del mar que va y viene y Nunca digas Nunca

martes, 19 de abril de 2011

Esto Tambien Pasara

"Siempre hay alguien que está en una situación más difícil que la tuya, y siempre tu podrás estar en una situación mejor que la que tienes ahora".

Esto También Pasara…

Una antigua leyenda cuenta que un famoso rey decidió reunir a sus principales sabios y eruditos en un conclave para solicitarles un favor.
- Acabo de traer un gran anillo de mi última conquista –dijo el monarca- es muy valioso y además me da la posibilidad de guardar algo en su interior. Necesito que ustedes, al final del día, me escriban una frase lo más sabio que ningún mortal haya escuchado jamás. Una frase de sabiduría invaluable. La guardare en el amillo y si algún dia me encuentro en medio de una crisis muy profunda, la leere y esta frase me ayudara en el peor momento de mi vida.

Los sabios pasaron el resto del día debatiendo cual seria esa frase que resumiría toda la sabiduría que ningún humano había oído jamás. Cuando cayó la noche, uno de ellos, en representación de los demás, se acerco al rey con la frase escrita en un pequeño papel y se la entrego. El monarca guardo el papel en su anillo y se olvido del tema.

Al poco tiempo, el reino era saqueado por los enemigos y el palacio reducido a escombros. El rey escapo entre las sombras y se oculto entre unas rocas, en las afueras de su devastada corte. Allí, observando un precipicio, considero la posibilidad de quitarse la vida, antes de caer en manos enemigas. Fue cuando recordó que aún conservaba el anillo, decidió abrirlo, desenrosco el diminuto papel y leyó: “Esto también pasara”. El rey sonrió en silencio, y cobro ánimo para ocultarse en una cueva, en medio de la oscuridad, hasta que ya no corriera peligro.

La leyenda cuenta que varios años después, el rey había recuperado todo su esplendor, a fuerza de nuevas batallas y conquistas. El trago amargo había quedado atrás, y ahora regresaba triunfante de la guerra, en medio de aplausos de una multitud que lo ovacionaba. Uno de los antiguos sabios que caminaba al lado del carruaje real, ya anciano, le susurro al rey:
- Su majestad, creo que hoy también debería volver a mirar el interior de su anillo.
- Ahora? Para que habría de hacerlo? –Dijo el rey – Es el momento más exitoso que he tenido
El anciano replico - Es que esa frase fue escrita para todos los momentos, aun este.

El rey, en medio de los aplausos, abrió el anillo y volvió a leer: “Esto también pasara”, y descubrió en ese mismo instante, que sentía la misma paz que tuvo cuando estaba a punto de quitarse la vida. El mismo sosiego, la misma mesura lo invadió por completo. Aquel día descubrió que la frase que los sabios le habían entregado era para leerla en las derrotas y por sobre todo, en los tiempos de victoria.

Asi pues, aprovecha cada momento que Dios Todopoderoso te regala, disfruta el presente y despreocúpate del futuro que todo saldrá bien, pues todas las cosas que suceden siempre ayudan para bien.

Si miras hacia atrás, te darás cuenta que son muchos los momentos alegres por los que has pasado, tal vez algunos menos alegres, y todos pasaron, dejándote aprendizajes o recuerdos, y todos pasaron

Disfruta el presente que estás viviendo, dignifica a tu esposa(o), ella(el) será tu compañía para el resto de tu vida, gózate a tus hijos, “el amor para los hijos se deletrea T I E M P O”, deja de pensar que harás en dos años, o en las próximas vacaciones, o cuando viaje a aquel país, o cuando me gane la beca que tanto has luchado. Deja de buscar la felicidad en los viernes o sábados en la noche. "La felicidad no es una estación a la que se llega, es una forma de viajar", es un camino que vamos recorriendo a cada momento, en cada día, hoy.

En lo personal cada mañana, al abrir mi ojos, le doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado, por la mujer que me dio como compañera de viaje, por mis hijos, por mi familia, por los regalos que a lo largo de mi vida me ha dado, he intento recordar que “Esto también pasara”.

domingo, 3 de abril de 2011

Una Persona Humilde

El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar. Winston Churchil

Una persona humilde

Harland Sanders, de Kentucky, Estados Unidos, tomó un nuevo desafío para su vida cuando cumplió 65 años. Un cheque de 105 dólares y un auto antiguo eran todo lo que poseía. La única comida que sabía cocinar, y que por cierto le quedaba muy rica, era el pollo frito. Un día, se vistió de traje blanco, tomó la receta del pollo y el recipiente de condimentos y comenzó a visitar a los dueños de restaurantes. El negocio de franquicia que comenzó se llamó Kentucky Fried Chicken (KFC). En el año 1976, fue elegido el segundo hombre de negocio multinacional más respetado del mundo. Hasta los 90 años de su vida se dedicó a viajar promoviendo el reino del KFC.

Él recordaba que cuando era joven tenía mucha soberbia. Pero cuando llegó la crisis económica a Estados Unidos, su negocio decayó en gran manera. El restaurante que tenía se redujo a cenizas y cayó en profundo desánimo. Cuando perdió a su hijo, que era su única esperanza, y su esposa lo dejó, él padeció de un desorden mental. Un día, siendo ya un hombre viejo y pobre, escuchó a una mujer cantando y alabando a Dios en el templo de una Iglesia: “En tus afanes y en tu dolor. Dios cuidará de ti. Vive amparado en Su inmenso amor. Dios cuidará de ti”.

Escuchó el himno y derramó lágrimas de arrepentimiento. Se volvió de su vida altiva del pasado y decidió vivir en humildad. Tomó el recipiente de condimento y se levantó nuevamente. Este hecho marcó un nuevo inicio en su vida a los 65 años. Cuando se humilló, Dios lo comenzó a levantar y poner en alto.

Tomado del libro Tiempo Con Dios
Autor: Lee Dong-Won

domingo, 20 de marzo de 2011

El Leñador

"En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente." Desconocido

El Leñador

Un leñador fue a buscar trabajo en una finca de árboles madereros. La paga era buena, y las condiciones de trabajo excelentes, así que el leñador fue decidido a dar el cien por ciento para impresionar al patrono.

El primer día el capataz le entregó un hacha, asignándole una zona espesa de árboles. El hombre salió entusiasmado y cortó dieciocho árboles en un tiempo record. El capataz lo felicitó, invitándolo a continuar esforzándose. Muy contento, el leñador se fue bien temprano a la cama, decidido a que el día siguiente mejoraría su propio desempeño. Bien de madrugada, estaba ya trabajando arduamente en el bosque. Sin embargo, no consiguió cortar más que quince árboles.

“Que raro, debo haberme haber cansado”, pensó, y decidió acostarse apenas anocheció. Al amanecer, salió decidido a batir su marca de dieciocho árboles.

Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Y al otro día fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo luchando toda la tarde hasta lograr apenas tumbar un segundo árbol.

Muy mortificado, pensando en lo que su capataz le diría, el leñador le contó lo que le estaba pasando, y le prometió que él se esforzaba hasta el agotamiento.

Fue entonces cuando el capataz le preguntó: “Y tu hacha, ¿cuando la afilaste la última vez?”
“¿Afilarla? ¡Ni siquiera pensé en eso, no perdí tiempo en afilarla, estaba demasiado ocupado cortando árboles!”

¡Muchas veces nos ocupamos de lo que consideramos urgente, quitándole tiempo a lo realmente importante!

Hoy la pregunta que quiero hacerte es ¿Qué es aquello tan urgente que estás haciendo que te impide concentrarte en lo realmente importante? Si tu vida fuera como un hacha ¿Hace cuanto que no la afilas? ¿Tienes claro cuál es tu bosque? ¿Cuál es el deseo profundo de tu corazón? ¿Qué estás haciendo para lograrlo?

Cuando tenemos claro ese sueño que nos mueve, lo “afilamos” a diario, y llegamos a visualizarlo sin que exista, pues es una realidad en nuestro corazón.

Un sueño trae esperanza, con la esperanza viene la fe, y la fe es aquella sustancia que te genera paz en el corazón, tranquilidad en el alma y un deseo intenso de ponerte en acción, pues tienes la convicción y la certeza de logarlo.

Quiero invitarte a que desde hoy seas como un leñador persistente, que afila su hacha a diario, pues tienes un gran y único bosque dentro de ti listo para ser cortado.

domingo, 13 de marzo de 2011

Bobby el Tira Palos

"La mente del hombre es como el agua, si la aquietas volverá a aclararse" Proverbio Tibetano

Bobby el Tira Palos

Las personas tienen sólo dos alternativas cuando se trata de sus emociones: las controlan o estas les controlan.

Esto no significa que para ser un buen jugador de equipo tiene que ignorar sus sentimientos. Pero sí quiere decir que no va a permitir que sus sentimientos le impidan hacer lo que debe hacer o cosas que no debería hacer.

Un ejemplo clásico de lo que puede ocurrir cuando una persona no disciplina sus emociones puede verse en la vida de la leyenda del golf, Bobby Jones.

Como hoy día Tiger Woods, Jones fue un prodigio jugando golf. Empezó a jugar en 1907 a los cinco años de edad. Cuando tenía doce, marcó “bajo par”, algo que la mayoría de los golfistas no logran durante toda una vida jugando. A los catorce, calificó para el equipo amateur de los Estados Unidos.

Pero Jones no ganó esa competencia. Su problema se puede describir mejor con el sobrenombre que le pusieron:   Bobby  el “tira palos”.  A menudo, Jones perdía la compostura y con ella, su habilidad de jugar bien.

Un golfista más viejo a quien Jones llamaba abuelo Bart le dijo un día: “No podrás ganar mientras no controles tu temperamento”.

Jones escuchó el consejo y empezó a trabajar para controlar sus emociones.

A los veintiún años, Jones floreció y se convirtió en uno de los más grandes golfistas de la historia, retirándose a los veintiocho años después de haber ganado el Grand Slam del Golf.

Este comentario del abuelo Bart resume la situación: «Bobby tenía catorce cuando logró controlar el deporte del golf, pero tenía veintiún años cuando logró controlarse a sí mismo».

Tomado de: Maxwell, J. C.  Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo

jueves, 10 de marzo de 2011

Noticias

Buenos Dias,
Estamos realizando los ajustes necesarios para estar en contacto de forma mas frecuente
Esperenos!!!

domingo, 6 de marzo de 2011

LA LECCIÓN DEL FUEGO



"No intento bailar mejor que otro, solo intento bailar mejor que yo mismo" Mikhail Baryshnikov

Un hombre que regularmente asistía a un grupo dejo de participar en sus actividades sin previo aviso.
Después de algunas semanas, el líder del grupo decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
Encontró al hombre en su casa, solo, sentado frente a un hogar donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Anticipando la razón de su visita el hombre dio la bienvenida al líder, lo invito a sentarse junto al fuego y permaneció quieto, esperando.
El líder acepto la invitación y, sin decir palabra se sentó confortablemente.
En silencio contemplaba la danza de las llamas en torno de las brasas del leño que ardían.
Al cabo de algunos minutos, siempre en silencio, el líder selecciono una de las brasas ardientes. Se acomodo en su silla y permaneció callado.
El anfitrión  prestaba atención a cada uno de sus actos con fascinación y quietud.
Observo así como la llama de la brasa solitaria disminuía hasta apagarse de una vez.
En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de luz y calor ahora no pasaba de ser un carbón cubierto de cenizas.
Ninguna palabra fue dicha desde el protocolario saludo inicial entre los dos hombres.
El líder se incorporó aprestándose a salir. Tomo entonces el trozo de carbón colocándolo nuevamente en medio del ardiente fuego.
Casi de inmediato volvió a encenderse alimentado por la luz y el calor de las brasas ardientes en torno a él.
Ya en la puerta y antes de que el líder se retirara dijo el anfitrión:
- Gracias por tu visita y el hermoso mensaje; muy pronto estaré de regreso junto al grupo. Dios te bendiga.


 

Hoy te propongo que reflexionemos, a partir de esta lección, sobre dos preguntas:

Cuantas veces nos hemos asumido el rol de lides, sirviendo a los demás, aun por encima de nuestros intereses personales?

Cuantos momentos hemos esperado por un líder que nos arrime de nuevo al fuego? y cuando este llega le damos la mano con fuerza y sin duda y le decimos GRACIAS!!!

Tomado del libro: El Arte de Soplar las Brasas

domingo, 27 de febrero de 2011

"Enseñemos a perdonar y también enseñemos a no ofender, sería más eficiente"


"Enseñemos a perdonar y también enseñemos a no ofender, sería más eficiente"
José Ingeniero

Suelta tus amarras
Cuando niño, en la tienda del barrio a “escondidas, tomaba los helados que luego consumía con mis amigos. Llevé el sentimiento de culpa por aquella travesura infantil por muchos años, no me gustaba; me daba pena ir a la tienda, hasta que me libere… entendí que el pasado, pasado está y es un grave error vivir atado al el.

Deja que te pregunte - ¿Tienes algo que te amarra y te impide volar más alto? - ¿Hasta cuando crees que puedes cargarlo? Es más fácil mirar a los ojos libre de ataduras, sin rencor ni añoranza por aquello que vivimos. Recuerda que el arrepentimiento y la corrección fortalecen el carácter.

Te invito que escribas aquellas circunstancias, actitudes, momentos e intereses que te tienen esclavizado, cualquier cosa que hayas hecho y que atormenta tu corazón y que solo tú conoces (orgullos, maltratos, groserías, iras, rencores, etc.).

Cuando aprendemos a perdonarnos, aceptamos el perdón que nos ofrecen y podemos perdonar a los demás; entonces seremos libres para vivir por un propósito superior; donde el amor, el respeto, la misericordia, la honestidad entre otros, sean vistos como valores fundamentales; donde los padres de familia asumamos el rol de educadores y nuestros hijos aprendan por medio del ejemplo; donde las familias regresen diariamente al seno del hogar y disfruten la cena unidos; donde el respeto por la identidad femenina sea total; donde salir a la calle de forma segura sea una realidad posible, para disfrutar de las maravillas de la naturaleza, pues son los regalos que Dios nos prepara todos los días con tan solo abrir los ojos, levantar las manos, respirar y decir GRACIAS por todo lo que hoy nos tienes preparado.

Necesitas saber que puedes ser perdonado, Dios nos perdona todo y a todos;  piensa que seguramente aquel familiar, amigo o compañero ya te perdono y/o ha olvidado. Te animo a que rompas ese clavo que te esclaviza y frena, es el mejor acto de humildad y honestidad para contigo mismo. ¡Puedes ser más feliz y vivir libre de ataduras! arriésgate, inténtalo.

Suelta las amarras, abre tus ojos, tus oídos, tu corazón y vive Una Vida Maravillosa,!!!


Farid Estefenn Uribe
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La ley del Monte Everest

La ley del Monte Everest

En 1935, Tenzing Norgay, de veintiún años de edad, hizo su primer viaje al Monte Everest. Trabajó como porteador para un equipo inglés de montañistas. Como un sherpa nacido en las altas montañas de Nepal, Tenzing había experimentado la atracción de la montaña desde la vez que los occidentales empezaron a visitar el área con la idea de escalarla. El primer grupo había llegado en 1920. Quince años después, los escaladores seguían tratando de ver cómo podían conquistar el monte.

     Lo más lejos que esta expedición había logrado llegar era al Col North que estaba a una altura de unos 7,300 metros. (Un col es un área plana que se extiende a lo largo de una cordillera entre las cimas de las montañas). Fue justo debajo de esa planicie que el equipo de escaladores hizo un sorprendente descubrimiento. Dentro de una tienda despedazada por el viento había un esqueleto con algo de piel congelada cubriendo los huesos. Estaba sentado en una extraña posición, con un pie descalzo y los lazos de la otra bota que seguía cubriendo el pie, entre los dedos.

     La práctica de escalar montañas no está hecha para los débiles del corazón porque entre los lugares más inhóspitos de la tierra se cuentan las altas montañas. Por supuesto, eso no ha impedido que siempre haya quienes aspiren a conquistarlas. En 1786, los primeros escaladores llegaron a la cumbre de la montaña más alta de Europa, el Mont Blanc, en Francia. Aquello fue toda una proeza. Pero hay una gran diferencia entre escalar la cumbre más alta de los Alpes de 4,800 metros y escalar el Everest, el pico más alto del mundo con 8,850 metros, especialmente antes que se dispusiera del moderno equipo que existe hoy día. El Everest es increíble. La altitud incapacita incluso a los más experimentados escaladores. Y el clima es cruel y no perdona. Los expertos creen que actualmente permanecen en la montaña los cuerpos de 120 escaladores que fracasaron en su intento.

     En 1953, Tenzing se embarcó en su séptima expedición al Everest con un grupo británico dirigido por el coronel John Hunt. Por entonces, a Tenzing no solo lo respetaban como cargador que era capaz de llevar sobre sus hombros pesos enormes hasta grandes alturas, sino también como un montañista y como un experimentado miembro de la expedición, un honor poco usual para un sherpa. El año anterior había llegado a una altura de 8,608 metros con un equipo suizo. Hasta ese momento, había sido lo más cerca de la cima que ser humano alguno hubiera llegado.

     El grupo británico nombró a Tenzing jefe de los porteadores. Tendría que contratar, organizar y dirigir a los cargadores. No era aquella una tarea sencilla. Con la esperanza de conseguir que al menos dos personas pudieran ir desde la base del campamento hasta la cima, el equipo hizo el intento con diez escaladores de alturas, incluyendo a un neozelandés llamado Edmund Hillary. En conjunto, los hombres tendrían que cargar dos y media toneladas de equipo y alimentos. Estas cosas no podían ser llevadas a la base de la montaña ni en camiones ni por aire. Tendrían que cargarlas hasta la base del campamento hombres y mujeres desde Katmandú, a 290 kilómetros de allí, por un camino que subía y bajaba por los contrafuertes del Himalaya y sobre ríos que tendrían que atravesar por puentes construidos con cordeles y tablas. Tenzing tendría que contratar entre doscientas y trescientas personas solo para que llevaran la carga lo más cerca posible de la montaña.

     Ellos aprovecharon al máximo la oportunidad que se les brindaba. Y el 29 de mayo de 1953, Tenzing Norgay y Edmund Hillary lograron lo que hasta entonces ningún otro ser humano había alcanzado: ¡Pararse en la cima del Monte Everest, el pico más alto del mundo!

     ¿Podrían haberlo hecho solos Tenzing e Hillary? La respuesta es no. ¿Podrían haberlo logrado sin la ayuda de un gran equipo? De nuevo, la respuesta es no. ¿Por qué? Porque a medida que el desafío crece, la necesidad de un trabajo en equipo aumenta. Esa es la ley del Monte Everest.

     Quizás nosotros no seamos escaladores ni tengamos la menor intención de intentar llegar a la cima del Everest. Pero supongo que tendremos algún sueño. Esto lo digo con bastante seguridad porque sé que todos, muy dentro de nosotros, tenemos uno, aunque aun no lo hayamos definido muy bien. Si usted tiene un sueño, necesita un equipo para hacerlo realidad. ¿Cómo hacer para formar un equipo? Creo que la mejor manera de comenzar es haciéndose tres preguntas: ¿Cuál es mi sueño? ¿Quién integra mi equipo? ¿Cómo deberá ser mi equipo ideal?

Los patos hacen bulla - Las Águilas vuelan


Los patos hacen bulla - Las Águilas vuelan 

Todos podemos prestar un buen servicio, depende de la elección que tememos.  He aquí un ejemplo que nos presenta Harvey Mackay:
El estaba haciendo fila para poder ir al aeropuerto. Cuando un taxista se acerco, lo primero que Harvey noto fue que el taxi estaba limpio y brillante. El chofer muy bien vestido con una camisa blanca, corbata negra y pantalones negros muy bien planchados, el taxista salió del auto dio la vuelta y le abrió la puerta trasera del taxi a Harvey. Le alcanzo un cartón plastificado y le dijo: yo soy Wally, su chofer, mientras pongo su maleta en el portaequipaje me gustaría que lea mi Misión.
Después de sentarse, Harvey leyó la tarjeta: Misión de Wally: "Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible brindándole un ambiente amigable...  

Harvey quedo impactado. Especialmente cuando se dio cuenta que el interior del taxi estaba igual que el exterior, limpio sin una mancha!

Mientras se acomodaba detrás del volante, Wally le dijo, ¿Le gustaría un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado. Mi amigo bromeando le dijo: "No, preferiría una soda' Wally sonrío y dijo: "No hay problema tengo un conservador con Coca Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja. Casi tartamudeando, Harvey le dijo: "Tomare la Coca Cola dietética"
 
Pasándole su bebida, Wally le dijo, "Si desea usted algo para leer, tengo el Wall Street Journal, Time, Sport Illustrated y USA Today..."  Al comenzar el viaje, Wally le paso a mi amigo otro cartón plastificado, "Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de canciones que tocan, si quiere escuchar la radio"
Y como si esto no fuera demasiado, Wally le dijo a Harvey que tenía el aire acondicionado prendido y si la temperatura estaba bien para él. Luego le aviso cual seria la mejor ruta a su destino a esta hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con el o, si Harvey prefería lo dejaría solo en sus meditaciones. ...

"Dime Wally, le pregunto asombrado: ¿siempre has atendido a tus clientes así?"

Wally sonrió a través del espejo retrovisor. "No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos dos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Un día escuche en la radio acerca de Wayne Dyer un "Guru" del desarrollo personal.

El acababa de escribir un libro llamado "Tú lo obtendrás cuando creas en ello". Dyer decía que si tú te levantas en la mañana esperando tener un mal día, seguro que lo tendrás muy rara vez te frustraras.
El decía, "Para de quejarte" Se diferente de tu competencia. No seas un pato. Se un águila. Los patos hacen bulla y se quejan, las águilas se eleven encima del grupo.
Esto me llego aquí, en medio de los ojos, dijo Wally. Dyer estaba realmente hablando de mí. Yo estaba todo el tiempo haciendo bulla y quejándome, entonces decidí cambiar mi actitud y ser un águila. Mire alrededor a los otros taxis y sus chóferes... los taxis estaban sucios, los chóferes no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios.

Se nota, que los cambios se han pagado, le dijo Harvey.  Si, seguro que si, le dijo Wally. Mi primer año de águila duplique mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique. Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en la parada de taxis. Mis clientes hacen reserva a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos consigo un amigo taxista confiable para que haga el servicio.

Wally era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal. Posiblemente haya contado esta historia a más de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería.

Wally el taxista tomo una diferente alternativa. El decidió dejar de hacer bulla como los patos y volar por encima del grupo como las águilas.
Que deseas ser a partir de hoy… todo dependen de uno mismo
 
"Los Patos hacen bulla, Las águilas vuelan"